Algo de música

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sábado, mayo 30, 2009

La República Platón Libro 05

Libro V

Luego de un diálogo que mantienen entre Adimanto, Polemarco y Glaucón, puestos de acuerdo, le dicen a Sócrates que no han tratado el tema de las mujeres y los hijos.

Sócrates, expresa, que deberán volver a tratar un asunto que tendrían que haberse ocupado antes:
"Para hombres nacidos y educados como los que hemos descrito no hay, en mi opinión, otra recta norma de posesión y trato de las mujeres y de los hijos que la que se deduce de hacerlos seguir el camino que trazamos al principio. Comparamos a esos hombres, creo, con los guardianes de un rebaño."

Sócrates, opina, que las mujeres y los niños de los guardianes se convierten en bienes comunes. En primer lugar enseña que las mujeres poseen las mismas capacidades que los hombres, aunque generalmente en grado menor; por lo tanto, nada se opone a que participen de la misma educación y ocupaciones que los guardianes. Hombres y mujeres pueden colaborar y trabajar para el mismo fin.

Con miras a un más seguro éxito de las tareas y objetivos propios de los guardianes, propicia una especie de matrimonio común, que mejoraría la raza, libraría a las mujeres de obligaciones insignificantes y contribuiría a una más completa unidad y armonía de sentimientos en el Estado.
Sócrates pronuncia en general los ideales, tanto en arte como en política, que sean o no completamente realizables .
Se trata de una ciudad ideal o modelo, en la cual se supone que todo es perfecto porque sus diversas partes contribuyen al debido equilibrio, contra aquellos que la critican desde una realización concreta en un mundo de seres imperfectos que no se ajustan ni pueden ajustarse a su cumplimiento integral.

A continuación, Sócrates, se propone averiguar que defectos impiden las otras ciudades el ser gobernadas como la que plantea y cual es el cambio que debe introducir para que se asemejen a lo que han organizado.

" En tanto que los filósofos no reinen en las ciudades, o en tanto que los que ahora se llaman reyes y soberanos no sean verdadera y seriamente filósofos, en tanto que la autoridad política y la filosofía no coincidan en el mismo sujeto, de modo que se aparte por la fuerza del gobierno a la multitud de individuos que hoy se dedican en forma exclusiva a la una o a la otra, no habrán de cesar, Glaucón, los males de las ciudades, ni tampoco, a mi juicio, los del género humano, y esa organización política cuyo plan hemos expuesto no habrá de realizarse, en la medida de lo posible, ni verá jamás la luz del sol. He aquí lo que desde hace tanto tiempo vacilaba en decir por darme cuenta de que repugna a la opinión general. Para la mayoría de las personas, en efecto, es difícil concebir que la felicidad pública y privada no pueda alcanzarse en una ciudad diferente de la nuestra."

Glaucón alaba a su maestro y continúan con el diálogo en el cual distingue tres clases de hombres : los ignorantes, que no saben nada; los que creen saber, que en lugar de ciencia tienen opiniones, porque se dejan llevar por apariencias; los filósofos, aquellos que se aplican a la contemplación de la esencia de las cosas. Los filósofos se interesan por el ser, son los únicos que poseen la ciencia de lo bello, del bien, de lo justo y de lo injusto.

Sobre este supuesto se basa la afirmación de que los filósofos tienen que ser gobernantes o los gobernantes filósofos, si se quiere que tal clase de Estado exista en el mundo.

La República Platón Libro 04

Libro IV
Adimanto, realiza la objeción que estos guerreros, privados de todos los bienes que se refieren a la vida, más semejante a auxiliares a sueldo, sin otra misión que defenderla, no será muy dichosa.
Sócrates responde:
"Sí , y además no ganan más paga que el sustento, pues aparte de é1 no reciben salario alguno, a
diferencia de los otros ciudadanos, de modo que no pueden salir de la ciudad por su propio placer, ni gastar el dinero con cortesanas, ni emplearlo, aunque lo quisieran, en tantas cosas en que lo usan aquellos que son tenidos por dichosos."

Expresa que quizá puede ser feliz, pero que de todos modos esto nada importa. Al constituirlos en guardianes de la ciudad, no es su felicidad la que se tiene en cuenta, sino el bien de la ciudad.

El interés de algunos no merece ninguna consideración cuando se trata del interés general. Tan pronto como éste se halle asegurado, cada uno gozará, según su ocupación, de la felicidad que esté naturalmente unida a ella. Lo importante es que cada ciudadano y cada clase se mantenga en su puesto.

A este fin se fijaran las leyes contra la opulencia y la pobreza ,contra la extensión de los límites del Estado, contra las innovaciones en la educación y sobre los hábitos y costumbres de los jóvenes. Aclara que una generación bien formada y educada proporcionará mejores padres para la próxima. Por lo tanto no creen necesario dictar leyes sobre los convenios de compra y venta, sobre las injurias, las demandas de justicia y los nombramientos de jueces, sobre la fijación de impuestos y lo relativo al mercado urbano o marítimo y otras cosas semejantes.

A partir de aquí, Sócrates, expresa que ha quedado fundada la ciudad y si está bien constituida debe tener todas las virtudes: la prudencia, el valor, la templanza y la justicia.
Según Sócrates: " La ciudad que hemos descrito me parece en verdad prudente, por ser acertada en sus deliberaciones."

La prudencia se encuentra en la ciudad, en los gobernantes y que entre todas las ciencias es la única que merece llamarse prudencia.
" En cuanto a la cualidad que se llama valor, y a la parte de la ciudad en que reside, no me parece difícil descubrirlo."

El valor se encuentra en la misma clase de ciudadanos, los guardianes, por la educación que han recibido y es una cualidad propia de la ciudad.
"Dos cualidades quedan aun por descubrir en la ciudad, la templanza y, por último, la justicia, que es el objetivo de nuestras investigaciones.

Aquí, Sócrates, explica que la templaza consiste en la armonía entre la prudencia y el valor, está entre lo menos bueno y lo mejor por naturaleza que hay en la ciudad o en una persona. Luego de un largo diálogo llegan a la conclusión que la justicia, consiste en ocuparse únicamente de los propios asuntos. Es el origen de las tres virtudes: prudencia, valor y templanza, es decir la virtud que concurre con las otras a la perfección de la ciudad. Si sucediera lo contrario, la usurpación de los derechos del otro, eso es injusticia.

Sócrates dice: "Si la idea de justicia, tal como acabamos de exponerla, se aplica a cada hombre en particular, y la seguimos reconociendo como justicia, tendremos necesariamente que aceptarla, pues, ¿qué más podríamos decir? EI caso contrario, seguiremos investigando por otro lado. Pero, de momento, terminemos la investigación en que venimos ocupándonos persuadidos de que nos sería más fácil reconocer la justicia en el hombre si antes procuramos observarla en un modelo más grande que la contenga. Ahora bien, nos pareció que ese modelo más grande era la ciudad, y la fundamos lo más perfecta posible porque sabíamos que la justicia se encontraría en una ciudad bien organizada. Traslademos, pues, al individuo lo que descubrimos allí; si existe paridad entre una y otro, todo andará bien; pero si encontramos alguna diferencia en el individuo volveremos de nuevo a la ciudad para profundizar nuestra investigación, puede que al compararlos y al frotarlos, por así decirlo, una con el otro, logremos que brille la justicia como surge el fuego de dos leños secos, y una vez que se manifieste podamos confirmarla en nosotros mismos."

Estas virtudes, son necesarias también para la perfección del individuo. Se comprueba por la existencia en el alma de tres facultades que corresponden a las tres clases que forman el Estado. Resulta obvio que el carácter que atribuimos a una comunidad es el resultado de lo que son sus integrantes. Lo difícil es determinar si obramos movidos por tres principios diferentes o por uno solo, esto es, si el alma, toda entera, interviene en cada uno de nuestros actos.

Si hubiera conflicto entre la razón y el apetito, el coraje, a no ser que el alma esté pervertida, se inclinará por la razón. La unidad del alma se demuestra mediante varios ejemplos, de modo que las virtudes quedan definidas en sus relaciones con el individuo, a la manera de cómo se aplicaron en el Estado. La justicia consiste en que cada una de las facultades cumpla en el alma y en el individuo con la función que le ha sido asignada. La injusticia se deriva del no cumplimiento de las funciones adecuadas y propias.

Por lo tanto, justicia es armonía y salud del alma, mientras que injusticia es enfermedad y discordia. Esta es la respuesta al problema con que se había iniciado el diálogo. Si la vida no vale la pena de vivirse cuando el cuerpo está enfermo, mucho menos cuando está enferma el alma. Una vez llegado a este punto, Sócrates propone que se revisen los modelos de degeneración tanto en el Estado como en el hombre, a fin de comparar su infelicidad con la felicidad del hombre justo y del Estado ideal.

La República Platón Libro 03

Libro III

"Estas son- dije- las normas de las narraciones sobre los dioses que, según nuestro parecer, conviene que oigan o no oigan desde la infancia los que han de honrar a esos mismos dioses y a sus padres y apreciar sobremanera la amistad"

En su educación se deberán censurar los mitos y fábulas ya que se las considera como mentiras y que presentan a los dioses y a los héroes llorando, riéndose incorrectamente, mintiendo, utilizando un lenguaje injusto y lamentándose, las cuales son peligrosas. Se les leerán los pasajes, en que los héroes aparecen leales, valientes, templados, desinteresados y dóciles a sus jefes, los cuales serán sus modelos.

No admitirán en el Estado a los poetas. Se los despedirá pero, antes se les rendirá un homenaje con perfumes y guirnaldas..

Siguiendo con el plan de educar a sus soldados, Sócrates, le pregunta a Adimanto:
"¿No debemos examinar ahora el carácter del canto y de la melodía?

Adimanto acepta, pero Glaucón riéndose, le expresa a Sócrates no está en condiciones de responder aunque lo sospecha.

Sócrates, le replica que hay en un punto que sí puede responderle ,en que la melodía está compuesta por tres elementos: letra, armonía y ritmo.

La regla a la que arriban es, que la armonía y el ritmo respondan a las palabras y estén a ellas subordinadas, porque a una narración simple le corresponde una armonía sencilla y varonil que penetre el alma de los guerreros y el ritmo deberá expresar lo mismo.

El sentimiento de lo bello es el que deben cultivar desde muy temprano y desenvolver en el alma de los jóvenes, para que aprendan, no solo a amar la belleza, sino también ponerse con ella en el más perfecto acuerdo.

Luego, Sócrates, le plantea:
"Después de la música, la educación gimnástica ha de formar a los jóvenes."

Aceptando la necesidad de una gimnasia desde la infancia y el curso de la vida, que ejercite el cuerpo una vez cultivada el alma, sin exceso y de una alimentación sin condimentos, los cuales traen desarreglos y enfermedades. Sócrates aclara que cuando un Estado necesita médicos y jueces para remediar los desórdenes del cuerpo y del alma, es una señal de que el Estado carece de fuerza..Sí, es necesario aceptar la medicina en casos de necesidad y jueces para los casos de diferencias entre unos y otros, pero debe estar compuesta de ancianos dotados de almas virtuosas y buena las que no tendrán dificultad para para arreglar los conflictos.

Acuerdan, que deben evitar el abuso de la música, para no afeminar las almas y el exceso de ejercicios físicos para no lograr temperamentos brutales. Es necesario un acuerdo armonioso entre lo físico y lo moral de los guerreros para lograr una educación adecuada.

Sócrates afirma:
"En nuestra ciudad, Glaucón, nos será siempre necesario un gobernante que reúna estas condiciones, si queremos que subsista su organización política."

Para esto, Sócrates, propone como condiciones que los gobernantes deben ser los ancianos, entre ellos los mejores guardianes y que luego de un examen, sea el más dispuesto para cumplir con lo que es útil para la ciudad.

Propone además un régimen conveniente de vida y alojamiento.En primer lugar, ninguno tendrá nada que le pertenezca, excepto los objetos de primera necesidad; segundo, ninguno tendrá casa donde no pueda entrar todo el que quiera. En cuanto a sus alimentación recibirán de los demás ciudadanos aquellos que puedan necesitar como recompensa de la defensa que les prestan, sin que nada les sobre, ni les falte. Harán vida en común y sus comidas serán colectivas, como soldados en campaña.

Ellos, entre todos los ciudadanos, son los únicos que no podrán tocar ni oro ni plata, ni entrar en casas donde los haya, ni llevarlos sobre sí, ni beber en vasos o manejar utensilios de oro y plata.

De esta manera podrán salvarse ellos y ser la salvación de la ciudad.
"Tales razones me han llevado a determinar el alojamiento de los guardianes y de cuanto debe pertenecerles.

¿Conviene dictar una ley que lo sancione?
-Sin duda -respondió Glaucón.

La República Platón Libro 02

Libro II
Quién inicia este diálogo es Glaucón, que no aprueba la retirada de Trasimaco, ni tampoco que Sócrates no exprese una definición precisa de lo que es la justicia.


Luego de esta explicación describe tres clases de bienes que se persiguen como; la alegría, los placeres sin mezcla de mal y la gimnasia, la curación de una enfermedad, el ejercicio de la medicina y cualquier otra profesión lucrativa, de estos últimos podría decirse que son penosos, pero útiles.

Sócrates, reconoce estos bienes, pero le aclara que no entiende que se propone. Glaucón, le pregunta, en cual de ellos ubicaría la justicia.

Sócrates, le dice:
"Por supuesto que en la mejor, o sea, entre aquellos bienes que hay que amar por sí mismos y por sus consecuencias, si quiere uno ser feliz."

Glaucón, le explica, a Sócrates que va a elogiar la vida del injusto y al hacerlo quiere demostrarle de qué modo quiere oírle atacar la injusticia y alabar la justicia.

Comienza su exposición sobre la naturaleza y el origen de la justicia, la cual dio origen a las leyes y a las convenciones. Prosiguió planteando que la experiencia estaría a favor de lo afirmado por Trasímaco. Mencionan la leyenda del anillo de Giges y plantea:
..."Como dicen los defensores de la doctrina que expongo, todo hombre cree, con razón, que la injusticia es más útil que la justicia."

Cuál sería la conducta del hombre, si según la experiencia general, parecería que la injusticia y la justicia sólo deberían apreciarse de acuerdo con los resultados favorables o desfavorables que proporcionan.

Sócrates tenía el propósito de contestarle, pero su hermano Adimanto tomó la palabra y dijo:
"¿Crees tú Sócrates, que la cuestión ha sido suficientemente debatida?"

Sócrates y Adimanto acuerdan, que supla a su hermano en lo que haya omitido. Este expresa que por las costumbres de la religión popular, desde los tiempos de Homero y Hesíodo hasta la actualidad el injusto, logra hacer olvidar sus crímenes mediante espléndidos sacrificios y oraciones. Los poetas y escritores están de acuerdo en afirmar que la virtud es honorable, pero que casi siempre va acompañada de sufrimientos; mientras que el vicio, a pesar de que se conviene en considerarlo deshonroso, es ciertamente agradable.

Explica, las consecuencia que se deducirá de todo esto, y es que el joven inteligente llegará a la conclusión de que su felicidad radica en practicar la injusticia y evadir sus posibles consecuencias desagradables, utilizando la astucia o buscando una adecuada asociación que lo proteja.

Aclara además, que existen entidades políticas que lo defenderán, y puede también, mediante regalos, eludir la aplicación de la ley. En cuanto a la religión, en caso de que existieran dioses, éstos no se interesan por los seres humanos.

Adimanto, prosigue con su diálogo aclarando que tanto Trasímaco o cualquier otro, podrían alegar sobre la justicia y la injusticia, tergiversando la esencia de una y otra. Pero, que espera de Sócrates, el elogio de la justicia y la condena de la injusticia, que les haga ver los efectos que una y otra, producen en quienes las posean, por ser la una un bien y la otra un mal.

Sócrates elogia a los hermanos por sus exposiciones y luego de un diálogo con estos les dice:
"Si admites una justicia para el individuo,¿no admites también otra justicia para la ciudad entera?"

Sócrates, les dice, que primero examinará como se aplica la justicia en al Estado. Para ello utilizará el ejemplo, de seguir el crecimiento en una ciudad típica o modelo, a fin de descubrir mejor dónde radican la justicia y la injusticia. Aspira a la presentación de un gobierno que sea por sí mismo la encarnación de lo justo. Gradualmente, Sócrates, explica la concepción del Estado perfecto. Una organización social simple, reducida a lo mínimo.

La ciudad se basa en el principio de la especialización de modo que el hombre deje de ser solitario y obtenga y preste ayuda. Requiere para su funcionamiento la especialización en el trabajo. El Estado se agrandará y necesitará de más territorio por lo que esta ciudad ideal no queda excluida de la posibilidad de la guerra, que puede surgir en cualquier momento. Entonces será preciso que los soldados, en esta organización del Estado, sean especialistas; además de tener en cuenta sus dotes naturales, se los adiestrará en forma adecuada.

Según ello pregunta:
"¿Será fácil encontrar una mejor que la establecida entre nosotros desde hace largo tiempo y que consiste en educar el cuerpo por la gimnasia y el alma por la música?"

Su diálogo continúa enunciando que cosas le serán permitidas a los guerreros y cuales no. A tal punto que acomodarían los poemas de Homero para que los maestros los utilicen solo con el fin de educar guardianes piadosos y semejantes a los dioses en tanto que la naturaleza humana lo permita.

La República Platón Libro 01

Libro I

El diálogo se inicia presentando a Sócrates y a Glaucón en el Pireo, luego de asistir a las fiestas de la Diosa Bendis o Atenea. En la ciudad se encuentran con Polemarco, quien estaba acompañado por Adimanto, Nicerato y algunos otros que también regresaban de las fiestas.
Polemarco invita a Sócrates a su casa, quien acepta.

En la casa Sócrates, se encuentra con Céfalo, quien lo saluda cordialmente. Sócrates demuestra mucho agrado por poder conversar con alguien de su experiencia en la vida y le pregunta, como considera a la ancianidad.

Céfalo, le responde, que si bien lo acompañan algunos deterioros, estos le traen algunas recompensas y agrega que no saber tolerar la vejez depende no de los males humanos, sino del carácter.

Sócrates opina que si bien su vejez es buena, lo que influye es su riqueza.
El anciano, le contesta, que la riqueza tiene sus ventaja que es la de pagar deudas, tanto a los dioses como a los hombres. Pero no es la cuestión de la riqueza o de la pobreza la que preocupa a los hombres, sino la conciencia de haber sido justo o injusto durante su vida.
Sócrates expresa: "Pero, ¿es propio definir la justicia haciéndola consistir simplemente en decir la verdad y en devolver a cada cuál lo que de él hemos recibido? ¿O no es ello justo o injusto según las circunstancias?"

Céfalo acepta lo expresado por Sócrates, y son interrumpidos por Polemarco, exponiendo lo que dijo el poeta Simónides: "Es propio de la justicia devolver a cada uno lo suyo."
Céfalo, pide retirarse, ya que debe terminar sus sacrificios, dejando a su hijo para continuar con el diálogo.

Sócrates acepta que Polemarco continúe con el diálogo y además le solicita que explique lo que expresó Simónides, puesto que el no lo ha comprendido.

Luego de un extenso diálogo socrático, Polemarco modifica la definición dada anteriormente y dice, Justicia es hacer el bien al amigo que es bueno y perjudicar al enemigo que es malo.

Trasímaco interrumpe el diálogo y le pide enérgicamente a Sócrates que termine de hacer preguntas y obtener respuestas, sin dar nunca ninguna opinión. "¡Exijo una contestación precisa!" Sócrates sorprendido y algo asustado trata de calmarlo y le dice que si tiene una definición de que es la justicia, dé su opinión.

Explica que no dirá nada hasta que no reciba su dinero. A tal solicitud Glaucón y los demás están dispuestos a pagarle, con tal de escucharla.
Trasímaco dice: "Sostengo yo, que la justicia no es otra cosa que lo que conviene al más fuerte."
Sócrates, le dice, que no entiende si puede explicarlo.

Trasímaco, molesto por sus preguntas y su constante pedido de aclaración accede y explica; que algunas ciudades se rigen por tiranías, democracias o aristocracias y que esta tiene el poder de dictar las leyes que les convienen a cada uno. Y su pensamiento es que todas las ciudades, la justicia no es sino conveniencia del gobierno establecido y éste es el que tiene el poder.

Sócrates y Trasímaco luego de un largo diálogo acuerdan que: El arte de la medicina consiste no en negociar sino en curar a los enfermos .El pilotaje de un barco, se define no por ser el piloto simplemente un marino, sino el que ejerce el mando en la nave.

En relación a la conveniencia de las diferentes artes, Sócrates realiza su análisis.
Las diferentes artes no ordenan lo conveniente para ellas mismas, sino para otros. Por lo tanto, la medicina busca lo conveniente, no para sí mismo, sino para el enfermo. Del mismo modo, el patrón del barco no ordena lo conveniente para sí, sino para la tripulación entera.

En conclusión, nadie que tiene gobierno (sea el arte que sea) en cuanto gobernante ordena lo conveniente para sí mismo, sino lo conveniente para el gobernado.

Trasímaco, descalificándolo, le contesta que así como no se engordan las ovejas para otros, tampoco se practica la justicia en beneficio de los demás, sino de uno mismo.

Además según su opinión la injusticia es sabiduría y virtud, sobre todo cuando es perfecta y subyuga ciudades y naciones.

Sócrates, le responde: "De igual modo, antes de haber resuelto la primera cuestión que nos planteamos, es decir, en qué consiste la justicia, la dejé de lado y me lancé al examen de si era vicio e ignorancia o sabiduría y virtud; y al plantearse después la cuestión de si la justicia es más ventajosa que la injusticia, abandoné la segunda y me lancé en pos de esta última. De suerte que en todo el curso de nuestro diálogo he llegado a la conclusión de que nada sé. En, efecto, no sabiendo lo que es la justicia, mal puedo saber si es o no una virtud, y si el que la posee es feliz o desgraciado."

BIENVENIDA

LA REPUBLICA

Creamos este blog con la esperanza de que sirva de elemento de formación y educación en este concepto filosófico así como de sistema político que consideramos esta muy olvidado, desconocido y confundido con otro llamado Democracia.

Consideramos que hoy día, la República esta en pelígro mortal en Venezuela y en los demás países donde se intenta imponer un sistema político autocrático y totalitario, completamente antagónico con el republicano, y con la pérdida de ella, se pierden todos los beneficios que contempla para el ser humano así como para su sana y productiva convivencia.

No es nuestra intención discutir solamente sobre la República y basarnos en los conceptos antiguos, sino también de los más modernos o cercanos del siglo XVIII y de sus exponentes como Rosseau, por ejemplo, sino la de alcanzar, quizás, un concepto moderno o, al menos, lo mas ajustado a nuestros tiempos pero conservando los valores y principios básicos de dicha filosofía y sistema político, ello en especial, en nuestro país Venezuela, o en nuestro continente americano.

Si nos remontamos un poco en el tiempo, inicio del siglo XIX, e indagamos en nuestra historia, nos encontraremos que no solo en Venezuela sino en casi todos los países nacientes del continente americano, se escogió como sistema político precisamente el republicano, lo que nos proporciona esta característica, un valor de factor común, así tenemos: República de Argentina, de Venezuela, de Colombia, Perú, Ecuador, Dominicana, Cuba, Uruguay, Paraguay, Chile, Honduras, El Salvador, etc.

Hoy día este concepto se ha desvirtuado o confundido con el de Democracia y vemos como en cada país se resalta mas esta ideología que el sistema político con que nacieron estos países.

Consideramos que la República y la Democracia NO son lo mismo, vemos y oímos hasta a personajes de relativa relevancia política confundir los atributos o características de la República como si fuesen de la Democracia y en estos tiempos vemos acciones de defensa de la Democracia cuando lo que se están perdiendo son características o atributos republicanos como por ejemplo el derecho de elegir o ser elegido, el derecho de expresión, el derecho a la propiedad, entre otros.

Considero que ello nos esta produciendo mas desventajas que ventajas, mas problemas que soluciones, mas atraso que progreso, pues esto tenderá a que los esfuerzos no sean tan efectivos como deberían ser ya que la fuerza es usada en defender una ideología en vez de un sistema político y peor aún cuando los atributos del sistema son confundidos como características de la ideología.

Consideramos que para poder llegar a una verdadera democracia es necesario tener un Sistema Político Republicano e incluso, pordemos decir que debemos tener un Estado Republicano nos garantiza alcanzar una verdadera democracia.